La vitamina K juega un rol importante en asegurarse que la sangre tiene la capacidad de coagular. La deficiencia en la vitamina K puede producirse por malnutrición, consumo excesivo de alcohol o enfermedades que afectan la absorción en el tracto digestivo.
Los altos niveles de vitamina K en el cuerpo son causa de los hábitos alimenticios. Los adultos por encima de los 20 años de edad requieren entre 122 y 138 microgramos al día. Los bebés requieren 2.5 microgramos al día desde su nacimiento hasta el año de edad. Los niños y adolescentes necesitan entre 30 y 75 microgramos hasta los 19 años. La existencia e importancia de la vitamina K fue reconocida por primera vez en estudios que revelaron que los pollos sufrieron hemorragia cuando se le priva de colesterol en sus dietas.
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